Nuestras luchas no tienen sólo 40 años

                                              

Impresionante el espectáculo con motivo de los 40 años del golpe, por todas partes se muestra el genocidio del 73, como un evento aislado en la historia, sin pasado, ni consecuencias, como obra de bárbaros, que están presos o muertos. Un accidente, en un país ordenado.  Hace 40 años  fue el golpe, porque hace 43 años triunfó un gobierno popular que cambió sustancialmente  la vida de las mayorías,  a contrapelo de los intereses de las clases privilegiadas y del imperio del norte, que impulsaba la vía neoliberal para organizar la sociedad. Este hecho, que el año 2010 nadie conmemoró con tanta parafernalia, es el fundamental a la hora de recordar. Si la idea es recordar las desgracias; son 36 años que la dictadura comenzó a regalar nuestro cobre a las trasnacionales, son 35 años que Piñera introduce las primeras tarjetas de crédito, 33 años que se instala el sistema de AFP, y  32 años que se inaugura el sistema de Isapres, desaparece así la totalidad del sistema de protección social, construido como resultado de décadas de luchas  sociales.  Con todo lo que se ha lamentado la clase gobernante,  ¿Cuando estas rapaces instituciones cumplan 40 años, por fin las van a eliminar?

Hace 500 años que hay luchas y las elites  asesinan; ya van 106 años de la masacre en la escuela de Iquique, 88 años que Alessandri mando asesinar a cientos de obreros del salitre por hacer una huelga, hace 79 años mataron a cientos de campesinos e indígenas sublevados en un fundo en Ranquil, 67 años de la masacre en Plaza Bulnes,  51 años de la matanza en la José María Caro y  44 años de la masacre en Puerto Montt.  No es nuevo el genocidio en Chile.

Es bueno también recordar, que hace 30 años se comenzó a resistir al neoliberalismo, con ollas comunes, con jornadas de protesta, con cultura y con las armas. Hace 27 años se trató de eliminar al tirano, hace 26 años se refunda la FESES, se intensifica el movimiento social, y ya va un cuarto de siglo que bajaron al tirano, para perpetuar su obra.

¿Queremos justicia?, entonces recordemos que más de 60 luchadorxs,  fueron asesinados por el Estado, durante los tres primeros gobiernos “democráticos”. Al menos 10 más en el gobierno de Michelle Bachellet. Veamos, hoy 11 de Septiembre se cumplen 15 años del asesinato de Claudia López en protesta en la Pincoya, al año siguiente el 19 de Mayo de 1999, un carabinero asesinó a Daniel Menco, el  7 noviembre del 2002, Alex Lemún muere ejecutado con un balazo en la cabeza.  El 2001, Eduardo Miño, obrero, condenado a muerte por el asbesto, se quemó a lo bonzo frente a la moneda, ante la autoridad cómplice de un modelo de desarrollo, no solo explotador, sino asesino. ¿Hay verdad y justicia para estos muertos?  Recordemos, que a pesar de tanta muerte en “democracia”,  el 2001  los pingüinos irrumpen con un mochilazo, el 2006 se tomaron todos los colegios del país, el 2011 nos tomamos las calles y comenzamos arrinconar al neoliberalismo, en el país más neoliberal del mundo. Rodrigo Cisternas, 3 de mayo del 2007. Matías Catrileo, 3 de enero 2008. Jaime Mendoza Collio, 12 agosto 2009. Manuel Gutiérrez, 27 de agosto 2011,  Rodrigo Melinao, 06 de Agosto del 2013.   Los olvidados y los invisibilizados protagonizan luchas que no tienen sólo 40 años, que son un continuo en la historia. Por quela revolución social no fracasó ese año 1973, y no murió con esos muertos,  sino que es cotidiana, nuestra como la muerte; no un espectáculo que cada cierto tiempo nos llame a la hipocresía, a perdonarnos,  por lo que supuestamente, hicieron “otros”  y que no volverá a pasar.            

Juan González.

Cooperativa de Trabajadores Centro ALERTA

 11/09/13                                                                                                           

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