2011: Estudiantes Movilizados: Nos siguen dando clases

Por  Rodrigo Araya, Juan González, Sebastián Ligüeño, Diego Parra, Katherine Velásquez Observatorio Chileno de Políticas Educativas OPECH y Centro de ALERTA

¿Podemos afirmar entonces, que se terminó la movilización juvenil en el Chile neoliberal? Creemos que no. Como señalamos antes, la movilización secundaria convocó a una gran cantidad de jóvenes tensionados por las perspectivas del mercado neoliberal del trabajo. Jóvenes que durante estos años han encontrado múltiples formas de resistencia y autogestión… hoy siguen movilizados, volvieron a sus poblaciones a subvertir la cotidianeidad mediante el trabajo de base, reaparecen en fechas conflictivas fortaleciendo la protesta social, se expresan en la cultura popular, reconstituyéndola día a día, y hoy, siguen en la escuela, el nuevo espacio público que el neoliberalismo, sin sospecharlo construyó como escenario para la reconstrucción de una nueva ciudadanía juvenil.”¹ Así pensábamos el 2008, cuando la reacción parecía dispersar el movimiento social que más incidencia social ha tenido post –dictadura. Si bien, muchas personas señalan que la llamada “Revolución Pingüina” no logró cambios reales en el sistema educativo.² No se pueden negar los aportes que las sucesivas luchas de las/os jóvenes estudiantes han hecho a la constitución en nuestra sociedad de un movimiento social por la educación pública, cada vez más consciente, cohesionado y organizado. ¿Dónde podemos ver el aporte más significativo de este  proceso?  Claramente no en el marco legal de la educación, cada vez mas mercantil y discriminativo, ni en la sensibilidad política de la clase dominante, al parecer cada vez más cohesionada por su proyecto educativo, mercantilizado y conservador. No son estas dimensiones los indicadores del avance. Aunque parezca obvio es el propio movimiento social quien acumula el avance del movimiento social. Hoy junio del 2011 comienza a extenderse la ocupación de colegios por los /as estudiantes, esta vez, desde su inicio, con el apoyo de profesores, padres y madres que abandonan el miedo, motivados por la legitimidad de la demanda estudiantil, postergada y tergiversada durante todos estos años. Rápidamente se han sumado a esta movilización, la comunidad educativa nacional, profesores, académicos, gremios y sindicatos, comienzan a discutir sobre una educación pública que tenga un  significado más profundo que simplemente ser mejor financiada por el Estado. Primer aporte cultural, hoy a pesar de que ésta fue borrada por la dictadura de nuestro país hace más de 40 años, la sociedad chilena discute hoy sobre la necesidad y el significado de tener una educación pública, gratuita, con mejores recursos³  y orientada a la formación de  ciudadanos. Son los jóvenes, protagonistas de este proceso, quienes muestran un nuevo sentido común educativo, que analizándolo se muestra como vanguardia cultural de un movimiento social con una conducción tradicionalmente sectaria,  cupular, meritocrática y formalista. Esta constante reconfiguración del sentido común es el que resiste tenazmente la imposición sin contrapeso de una sociedad de depredadores, sumisos y desorganizados individuos. El Lunes 11 de Junio tuvimos la oportunidad de estar en la Toma del Liceo Manuel Barros Borgoño, los estudiantes ocuparon pacíficamente el establecimiento, realizaron una masiva asamblea, posteriormente, se organizó el trabajo en comisiones que abordaron tareas como seguridad, financiamiento y difusión, educación, etc. Comisiones que rápidamente entraron en funcionamiento, discutiendo y repartiendo tareas. La comisión de educación nos encomendó la tarea de hacer “una clase” para discutir sobre que es la educación pública, la cual nos pidieron fuera lo más participativa posible (no querían la tradicional clase frontal).Comenzamos minutos antes de las 10 am, con más de 40 estudiantes en la sala, sentados en círculo, no importaba estar apretados. En la clase, tras una breve exposición sobre la necesidad de pertinencia, equidad e integración social que debe haber en la educación pública, se inició un ordenado y estimulante conversatorio. “Más allá de la municipalización, esto es una crisis de la Educación Pública. Porque esto va más allá de la Educación Secundaria: también están negociando con la Universidad, están privatizando todo. Porque, ¿quién ve ahora lo de la calidad? Están puro haciendo empresas de acreditación, haciendo el negocio de la acreditación: para acreditar una carrera tenís que pagar 20 millones de pesos”. Así ejemplifica un estudiante movilizado la necesidad de constituir un movimiento conjunto por la educación pública, incluso mostrando conocimiento sobre uno de los pilares de la mercantilización de la educación superior, la acreditación de la calidad, tema omitido en el petitorio de la CONFECH. Las opiniones que enriquecen el sentido de la educación comienzan a fluir, se refieren a la desigualdad social y su impacto en la educación “… la municipalidad de Santiago que claramente tiene ingresos (…) ¿Pero qué pasa con las otras comunas? ¿Qué pasa con Peñalolén, con Renca? Ése es el problema. Es la división de ingresos para la Educación en cada municipio. Por eso se ve que dicen ‘no, los municipales son peores’. Pero la comuna de  Providencia no tiene tan mala Educación”. Se refieren a la “tecnocratización” de la labor docente “una persona que estudia ingeniería puede hacer clases, pero esas personas no tienen los ramos que le enseñan cómo tratar a los adolescentes (…) somos personas que estamos en constante cambio, entonces debe tener otra psicología, otra forma de enseña y eso es la base para una buena enseñanza” Se refieren al tipo de profesores que necesitan para seguir cultivando su espíritu crítico “no se está dando una docencia horizontal, típica docencia, ‘esto es como es’ y después te toman una prueba para repetir lo mismo que te dijeron. No se está haciendo una educación comprensiva”. ¿Cuáles son los (sin) sentidos de esta educación de mercado que recibimos? “…si nos quedamos sólo en el financiamiento no vamos al problema de fondo. Lo que nuestros padres nos enseñaron, de que no hay que criticar, no hay que hacer nada, de que hay que seguir el camino que te impusieron (…) y lo que nos damos cuenta nosotros es que hay más caminos, ¿por qué tenemos que hacer caso a lo que nos imponen?, ¿por qué no podemos elegir libremente lo que queremos hacer con nuestra vida? Y creo que ése es el problema.” Justamente, estos jóvenes tienen claro que la educación chilena no contribuye al desarrollo del pensamiento crítico ni a formar ciudadanos transformadores, todo lo contrario, la educación chilena se encarga de anularte, imponiendo valores como la competencia, la meritrocracia, el individualismo y la obediencia4. “Nos enseñan a competir solo por las notas, y no a tener confianza en nosotros mismos, yo creo que soy inteligente y no necesito una nota para comprobarlo, de eso debería encargarse la educación chilena, de darte confianza en  ti mismo”, “En la competencia, nos hacen competir entre nosotros mismos, con liceos emblemáticos contra colegios de la periferia, con alumnos que le va bien y a otros que les cuesta más (…) ¿por qué no mejor colaborarnos?”. Surge la pregunta desde el sentido común actual ¿Por qué el flojo debe llegar donde llega al que la va bien? se responden a sí mismos, “porque la educación es un asunto de motivación, porque hay distintas capacidades, porque si hay gente que le va mejor y a otros les cuesta más, entonces  deberían ayudarse”, “que todos somos iguales pero diversos”, “que cada uno puede a distintos ritmos”, “que no se puede medir con la misma vara”, que la educación pública, en definitiva, es para todos/as y con todos/as. Para todas las opciones. ¿Si quiero ser técnico? ¿debo mirar en menos al técnico? y ¿si no quiero ir a la universidad? ¿soy menos por eso? ¿no puedo ser un aporte a la sociedad? Preguntas que cuestionan el meollo del régimen de “verdad” escolar. Terminando la discusión de poco más de una hora, se estableció la continuidad histórica, del sistema social que permite que la educación se convirtiera en un mercado, una sociedad que lleva más de 4 décadas sin verdadera democracia “dicen que en los 20 años (de la Concertación) hubo un cambio. Pero si uno mira fríamente lo que se hizo, cómo se hizo ese cambio, uno se da cuenta que en la dictadura no se podía salir, había toque de queda y no se podían decir cosas ¿Pero ahora? No se pueden decir cosas porque te tiran los pacos; no se puede salir, porque te pueden violar, te pueden pegar; no puedes escoger el trabajo, porque si llegas tarde, te echan. Entonces, ahí quedó tu ‘libertad de democracia’. Pónganse a pensar, el panorama desde la dictadura no ha cambiado nada ¿Cuánto llevamos? 40 años. No hubo un cambio real”. Sin duda, un análisis concluyente del sistema político en que nos encontramos. Este discurso que se está articulando parece apuntar a los cimientos del sistema educativo mercantil, conservador y sin sentido. Aquel que se justifica, tras la eficiencia y la competencia, tras la norma homogénea y excluyente, detrás del economicismo educativo, el control de la población. Los jóvenes abren la puerta a la política educativa, aquella que sabe que la educación también forma ciudadanas/nos y no sólo trabajadoras/res; que los ciudadanas/os somos fundamentalmente personas libres, soberanas, diversas e iguales. Personas que por medio de una educación gratuita, democrática e integral sean capaces de pensar, por ejemplo que recuperar la educación pública encierra un ideal mayor, modificar las bases de un Estado privatizado (en manos de empresarios), por uno realmente democrático que nos permita construir una sociedad con un lugar para todas/os. Referencias 1. Cierre de artículo escrito el año 2008, acerca del movimiento estudiantil del año 2006: “Ciudadanía juvenil en el Chile post-dictadura. El movimiento secundario del año 2006 “y “Las organizaciones de auto-educación popular en Santiago de Chile”, Juan González. Ver en http://www.opech.cl/Libros/doc4.pdf 2. "En el año 2006, con la Revolución Pingüina,  si bien se consiguió un cambio, que es la LGE, no se consiguió un cambio real, uno fundamental que necesitamos como estudiantes, siguen existiendo cosas precarias, como por ejemplo el tema del pase escolar, que sigue creciendo la tarifa, el tema de la educación de los liceos que es precaria, la infraestructura, la implementación en los liceos técnico-profesionales" Declaraciones de Laura Ortiz, dirigenta de la ACES 2011 en entrevista con CNN. Ver en http://www.cnnchile.com/nacional/2011/06/19/estamos-dispuestos-al-dialogo-pero-no-bajaremos-las-movilizaciones/ 3. Recursos que están en el cobre Chileno, expoliado por las transnacionales en complicidad con el empresariado chileno. Este aspecto se legitima en la conciencia del los estudiantes, también en otros actores sociales como profesores, trabajadores, académicos, etc que instalan la socialización de los recursos del cobre como un apoyo a sus demandas de mejor educación, salud, vivienda, etc. 4. Si no lo logra, basta la complicidad entre algunos malos profesores, neurólogos y/o psiquiatras desvinculados del devenir social de las mayorías, que buscan apagar la disidencia por medio del sobre diagnóstico de SDA, el cual se trata con el famoso Ritalin, medicamento que diariamente va apagando la esencia de nuestros niños y niñas. Ver reportaje “Movimiento de pobladores dice no a la ‘ritalización’ de sus hijos” en http://www.elciudadano.cl/2010/11/05/movimiento-de-pobladores-dice-no-a-las-%E2%80%9Critalizacion%E2%80%9D-de-sus-hijos/

Cierre de artículo escrito el año 2008, acerca del movimiento estudiantil del año 2006: “Ciudadanía juvenil en el Chile postdictadura. El movimiento secundario del año 2006 “yLas organizaciones de autoeducación popular en Santiago de Chile”, Juan González. Ver en http://www.opech.cl/Libros/doc4.pdf

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