¿Ha pensado que tienen en común el Crédito con Aval del Estado, las concesiones a las carreteras (TAG) y el Transantiago? Sí, obvio, todos fueron proyectos implementados durante el Gobierno de Lagos.
Por estos días, el alza en el TAG ha alcanzado a 38,72% de los costos iniciales de transporte, lo que encareció el desplazamiento en las carreteras concesionadas, llegando a superar los 10 mil pesos por pasar a través de los 7 portales, en el caso de algunas.
Lo mismo sucedió con el tristemente Crédito con Aval del Estado, que llegó a alcanzar el 10% de interés anual.
En el caso del Transantiago, la cosa no es distinta. Para el año 2013 el Gobierno presentó en el presupuesto un total de 40 mil millones de pesos en subsidios adicionales, los que serán también aportados al transporte regional, para conseguir los votos necesarios en el Congreso.
Sin embargo, lo que la mayoría nos preguntamos es si son necesarios esos niveles de subsidio. Tenemos a nuestro favor el saber que una sola empresa tuvo ganancias de 20 mil millones de pesos durante 2011, es decir obtuvo beneficios económicos por un total del 50% de los nuevos subsidios. Entonces, ¿para qué se le entregan?
Normalmente el argumento usado por los ministros y subsecretarios que pasan al sistema privado (por ejemplo, Rodrigo Álvarez, ex ministro de energía y anteriormente, Clemente Pérez, ex presidente de Metro, fueron presidentes de COPSA, la entidad gremial que agrupa a las concesionarias de carreteras), es que hay que subir los precios por los costos operacionales que involucra el sistema. Sin embargo, la mayoría de los usuarios, que no ganamos los sueldos millonarios de ellos para dar explicaciones falaces, nos sorprendemos de que el sueldo alcance cada vez menos, en el jaguar de Sudamérica.
Con este nuevo subsidio el Estado asume su rol de financista de los grandes capitales, amparado en la connivencia entre los ex funcionarios del Estado que se integran altruístamente al servicio privado.
Mientras, la mayoría mira con rabia, estupor e impotencia, cómo, quienes ayer apuntaban con el dedo, hoy usufructan y ayudan a usufructar a sus amigos empresarios, que sólo ayer los aplaudían de pie en la ENADE.
Por eso, la próxima vez que te digan que el sistema está desfinanciado por tu evasión, recuérdale que eso es mentira. La evasión no representa ni un 15% de los costos operacionales del sistema.
Si quieres entender por qué el pasaje sube, por qué el TAG cada vez es más caro o por qué les pagamos a los bancos para que nuestros jóvenes puedan estudiar, no mires a tu vecino. Mira hacia esos empresarios inescrupulosos que se hacen ricos con nuestras necesidades, derechos humanos, sueños y esperanzas. Mira a sus políticos, desde la Concertación hasta la derecha. Mira a sus gerentes, con sueldos millonarios. Mira su sistema… Y cuando hayas dejado de mirar, indígnate con quien corresponde y apoya a quien padece la miseria del sistema, igual que tú.
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