Comienza la represión a la organización de los estudiantes secundarios

Tras ya 5 meses de restauración conservadora, la primera acción social organizada y amplia contra el gobierno, se hace sentir desde los estudiantes secundarios. Comienzan a manifestarse, reorganizarse y paulatinamente se extienden las asambleas, reuniones en las plazas y tomas fantasma en distintos liceos de la capital. El sábado 31 de julio del 2010, dirigentes de más de 30 colegios de la Región Metropolitana se dieron cita en el Liceo Amunátegui, en una jornada de análisis y movilización por la defensa y fortalecimiento de la educación pública, la gratuidad del pasaje escolar y el congelamiento del alza del pasaje adulto, que a lo largo del 2010 ha subido ya en tres ocasiones.

El liceo Amunátegui ha sido desalojado innumerables veces desde el año 2006, ante las reiteradas tomas ocurridas en defensa de la educación pública. Además, sus estudiantes han sido golpeados y detenidos por carabineros, amenazados por profesores desclasados, reubicados en otros establecimientos e incluso expulsados. Emblemático fue el caso del dirigente estudiantil Ivo Silva, quien fue, amedrentado y posteriormente expulsado del establecimiento por manifestarse contra la Ley General de Educación en el año 2007.

Fue en este lugar que, alrededor de las 15:00 hrs, y luego de dar lectura a una declaración pública desde el interior, los representantes estudiantiles fueron detenidos por fuerzas especiales de Carabineros. Éstos descerrajaron el portón de uno de los accesos al colegio, ingresaron agresivamente, y uno tras otro subieron a dos vehículos policiales a los estudiantes, quienes fueron trasladados a la tercera comisaría de Santiago. Una de las voceras de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Victoria Cárdenas –quien también es presidenta del centro de estudiantes del Liceo Confederación Suiza-, informó que el día anterior habían sido tomadas cuatro instituciones educativas, “como manifestación ante la precaria e injusta situación que vive el estudiantado chileno y ante un sistema de enseñanza que privilegia el lucro antes que el derecho a la educación”.

A su vez, otro vocero de la ACES y presidente del Centro de Alumnos del Liceo Amunátegui, Gabriel Iturra, afirmó a Argenpress que las demandas que impulsan las acciones secundarias son: “el fin a la Ley General de Educación (LGE); una educación estatal, laica y gratuita para todos los estudiantes del país; gratuidad de la tarifa escolar y congelamiento de la tarifa adulta; alimentación y salud gratuitas y de calidad para los escolares; fin a la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y por un sistema de ingreso a la universidad que mida las verdaderas capacidades y habilidades del estudiantado”.

Los estudiantes que participaron en la toma y que fueron detenidos eran dirigentes del liceo Carmela Carvajal, Confederación Suiza, de Aplicación, Alicante de Maipú, José de San Martín, González Videla, Industrial San Luis, Industrial San Miguel, Camilo Henríquez, Liceo 7 de Ñuñoa, Raimapu, Liceo 7 de Santiago, Erasmo Escala, San Juan de Dios, República de Siria, Liceo Experimental Artístico, Alberto Blest Gana, Liceo 7 de Providencia, Francisco Miranda y Cervantes, entre otros.

A pesar de todo este cuadro represivo, inaugurado por los gobiernos concertacionistas y perfeccionado por la derecha hoy en el gobierno, el movimiento estudiantil ha logrado mantenerse unido. Incluso, tras los intentos del MINEDUC por reunirse con los dirigentes “moderados” a espaldas de los movilizados y de aprovecharse de los antagonismos, que según el artículo “Actualidad del movimiento secundario: ¿división?” (Link: http://esopino.blogspot.com/2010/08/actualidad-del-movimiento-secundario.html) de Isaac Gajardo, habría entre la AES (Asamblea de Estudiantes Secundarios, “moderada”) y la ACES, la cual tiene un perfil más radical. La campaña de desacreditación, criminalización e invisibilización del movimiento estudiantil está en marcha.

La gestión del Ministro Joaquín Lavín, ex candidato presidencial y supernumerario del Opus Dei, parece concentrarse en hacer olvidar rápidamente los avances logrados por la sociedad chilena en los años de movilización pingüina. Sintonizando con las demandas de los secundarios, a partir del año 2006 el sentido común ciudadano había comenzado a rechazar el modelo educativo de mercado y comenzó a demandar al Estado una educación integral, no sólo para el mercado laboral sino también para la vida. La participación de los actores educativos en la transformación del sistema educativo es un hecho que se está legitimando.

Los intentos de la derecha por desmontar este nuevo sentido común educativo no se han hecho esperar. El Secretario de Estado ya señaló, en entrevista con Radio Bío-bío, con su particular cinismo neoconservador, que “las familias chilenas no desean que este año esté marcado por las movilizaciones como en años anteriores, sino que sus hijos estudien (…) las paralizaciones no son el camino para que la educación siga surgiendo”. Respecto del problema de la educación en general, el Ministro dice que se debe trabajar las 24 horas para que la educación pública sea de calidad.

Esto ha significado: desinformar sobre la base de la encuesta Casen de Educación, la que nuevamente enrostró al país la desigualdad y segmentación del sistema educativo chileno, a lo que los ministros Lavín y Kast se limitaron a reflexionar que “mejorar la calidad de la educación, especialmente la educación básica y media para que esos jóvenes que hoy están en colegios municipales o en colegios particulares subvencionados puedan acceder con buenos puntajes, a la educación superior”, desconociendo así los problemas estructurales del sistema educativo; acoger un proyecto de ley que sanciona casos de bullying en los colegios; dar el vamos al programa “Después de clases, es cool”, que tiene por objetivo mantener a los estudiantes mas pobres en las escuelas hasta las 20:00 horas, al igual que sus padres que se encuentran en sus trabajos; presentar el nuevo SIMCE de Inglés; cerrar escuelas municipales; nuevamente presionar a los profesores; instalar un “panel de expertos” de perfil tecnocrático y empresarial, a espaldas de los actores sociales; presión por tomar el SIMCE e instalación de escuelas de “emergencia” en zonas de catástrofe; medidas para acelerar la competencia entre escuelas (semáforo y mapas del SIMCE), entre otras acciones.

A pesar de esto, las demandas de los estudiantes son sólidas y mantienen una línea clara y pertinente a las principales falencias del sistema educativo mercantil. El Estado debe fortalecer en financiamiento y gestión un sistema público (con participación de la comunidad) de educación integral y gratuito. A su vez, se debe reformular la Jornada Escolar Completa y, con ello, toda la orientación curricular, fundamentalmente enfocada en contenidos sociolaborales, eliminar la PSU y cualquier mecanismos de discriminación para el acceso a la educación superior y la gratuidad del pase escolar, entre otras demandas ya históricas. Es importante destacar que los estudiantes han insistido que es necesario evitar el aislamiento a esta nueva lucha común, entendiendo la crisis educativa como un problema de la sociedad en su conjunto. Por esto, es fundamental que los distintos actores educativos y sociales apoyen el movimiento del único actor que persiste en movilizarse. Debemos denunciar los atropellos a estudiantes por parte de las fuerzas policiales y la autoridad y apoyar la proliferación del debate y la discusión en las escuelas.

Documentos recomendados:

Petitorio Asamblea Estudiantes Secundarios(AES)

Petitorio Asambles Coordinadora de Estudiantes Secundarios(ACES)

Documento Piquete Jurídico, Universidad de Chile. “¿Qué hacer en caso de detención o desalojo?”

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