Educación y transformación social, opciones y expectativas,incertidumbres y sueños.

José Santis Cáceres- Apoyo docente Dirección de Educación de Santiago

Casi se está cerrando la página de marzo y los combates cotidianos por el derecho a la educación en Chile muestran el lento pero sostenido declive de la casta en sus ambiciones por mantener incólume el modelo dictatorial-neoliberal. Ya los escándalos financieros que salpican a la UDI y a lxs “sociolistos” de la Nueva Mayoría han provocado daños irreversibles en el corporativismo político-empresarial, ante una escena social más empoderada que reclama cada vez con mayor insistencia la probidad de las funciones públicas. No es el pueblo movilizado el que exige esto, por el contrario, es una suerte de defensa ética que salta desde las redes sociales a las conversaciones de pasillo en las pegas y los cafés. Tiembla el modelo, más no cae, es tan perfecto su engranaje que puede soportar altos niveles de descrédito gracias a las tarjetas de endeudamiento y los bonos marzo, que permiten pan y circo sostenible a la inmensa mayoría silenciosa de aspiracionalistas y empeñosxscada vez que se acerca un fin de semana de quincena o fin de mes. A pesar de esto,lxs actores educativos están pendientes y alertas de los que sucede en las casamatas de la política chilena, sobre todo después de la “ley de inclusión” de enero que establece sólo cambios a medias en el fin de la selección y del lucro.

Expectantes se encuentran los estudiantes secundarios y universitarios ante un año educacional clave por las ofrecidasdesmunicipalizacióny gratuidad de la educación superior. Ya se han anunciado movilizaciones con distinto tenor, unos avisos son para movilizarse en “defensa” de lo logrado por la Nueva Mayoría en el gobierno en el tema educativo  y otros llamados, los más dignos, son para exigir lo que se prometió y no se ha cumplido a los Movimientos Sociales. La tensión se eleva hasta los límites mismos de lo que permite la subsidiariedad neoliberal, que convierte aportes basales en paquetes millonarios de financiamiento que pueden augurar hasta el año 2035 la casi total pervivencia y solvencia del gasto público educativo pero sin tocar las columnas estructurales del ChileanWay.  Así es fácil poder decir que se acabó el copago, la selección y el lucro al interior de los establecimientos educativos. Mientras tanto, seguimos siendo el país con el menor gasto público en educación de la mismísima OCDEa la que postuló la elite para que nos sintiéramos superiores a nuestros países hermanos del continente.

Nótese también que los profesores sindicalizados están divididos entre oficialistas y disidentes respecto de si el gobierno va a reconocer o no el pago de la Deuda Histórica, si otorga o no titularidad a los docentes a contrata y si va o no la carrera profesional pedagógica. Para muchos de los profes, los que apoyan a la Nueva Mayoría,  este año podría ser el de la “madre de todas las batallas” por lo que significaría la aprobación de una ley de carrera profesional que ponga fin a la herencia dictatorial. No obstante, un avance de este tipo requiere de una institucionalidad educativa sólida y eficaz con reglas claras para todos lxsinvolucradxs. Que se haya colocado la provisión educativa en manos tan disímiles como alcaldes y empresarios y que no haya claridad sobre la participación del estado en ella hacia más adelante sólo implica desde los movimientos sociales confusión y desconfianza hacia las instituciones del estado. Por otra parte, al interior de la Nueva Mayoría hay sectores que nunca compartieron ni compartirán las banderas igualitarias y transversales de los movimientos sociales, al contrario, conforman equipos partidistas poderosos que sólo piensan en administrar ministerios, municipalidades, cargos legislativos y sindicatos para aprovechamiento personaly sostenimiento de sus lacayxsy no al servicio de la gente.

Mientras tanto, cada mañana con mi compañera levantamos cariñosamente a nuestro hijo, -así como todos lxsbuenxs padres y madres hacen con sus hijos-, para que vaya a su escuela, una escuela de lenguaje subvencionada con un copago mínimo, que lo recibe con un luminoso y agradable sol mañanero en el que todxs, -estudiantes, padres, asistentes y profes de escuelas municipales, subvencionadas y privadas-,  como buenos esperantes, depositamos nuestras esperanzas de tiempos buenos para vivir y ser, con el sueño intacto de una educación financiada por el estado pero administrada y dirigida con las manos de todxs, que no persiga calidad sino bienestar humano, donde el ser humano efectivamente, como señaló el acertado Víctor en su canto, sea un creador.

 

 

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